Marcela Crabbe, habló con FM Comarca 94.5 Mhz. sobre su visita a la cantera de feldespato ubicada en el costado izquierdo de la Ruta Nacional Nº 40 camino a la Cuesta de Miranda en Villa Unión. La asambleísta, destacó las precarias condiciones de trabajo de los empleados de la mina y la falta del control ambiental en el proyecto por parte de las entidades gubernamentales provinciales competentes.
Mientras el gobierno trata de convencer que es inicuo el impacto de la megaminería, en el costado izquierdo de la Ruta Nacional Nº 40 camino a la Cuesta de Miranda en Villa Unión, se lleva adelante un emprendimiento minero de feldespato, mineral aplicado en la industria del vidrio y la cerámica a escala mundial, razón por la cual, este mineral se cotiza fuerte en los mercados del mundo.
En Miranda, se lleva a cabo un emprendimiento cuyo dueño es oriundo de San Luis en donde los empleados son en su mayoría sanjuaninos y alguna que otra mano de obra local, los menos decimos, muchos de ellos se fueron por las pésimas condiciones de trabajo y los magros jornales.
En Miranda: más que posicionarse, a los vecinos los posicionan
En este sentido, la asambleísta Marcela Crabbe quien estuvo de “visita” en la mina de feldespato, explicó que: “encontramos una familia que sufrió por las explosiones de la mina de feldespato, rompieron el cerro. El señor que nos atendió hace un año atrás cuando fuimos por primera vez, no quiso que le sacáramos fotos a su casa, la minera lo contrató como sereno, según nos dijo esta persona era un buen ingreso y si mostraba el daño que le habían hecho las explotaciones perdía la plata. Otra familia que terminó su vivienda en noviembre ahora se da con que está toda agrietada, producto de las explosiones de 3 a 4 por día, según nos comentaron los lugareños primero sienten un temblor y luego viene la explosión, al principio cuando hacían las explosiones les decían que salgan de sus casas, ahora no les dicen nada, ellos saben que tienen que hacerlo solos”.
Como vemos, aunque sea con silencio, los habitantes de la cantera también se manifiestan en contra de la explotación de este mineral de singular valor. No sólo explotan el cerro, sino también a los trabajadores, al respecto Crabbe destacó que: “fuimos al proyecto donde se está explotando. La llaman la Quebrada de la escuela, porque hace muchos años funcionaba la escuelita vieja por ahí. Entramos al proyecto y había unas cinco personas trabajando, nos contaban que las condiciones de trabajo son lamentables, no saben bien para quien trabajaban, les prometieron 100 pesos por día, pero pasado los diez días sólo les daban 300 pesos en negro”, explica Crabbe.
En referencia a los controles en la mina por parte del gobierno o, mejor dicho, a la falta de control en este proyecto minero, la asambleísta indicó que: “el dueño de todo el cordón montañoso es de San Luis. Le preguntamos si había algún tipo de control por parte de la provincia y nos contó que minería de la provincia iba a mirar, pero después de dinamitar, los que trabajan terminan de tirar todo el material con una barreta y con un camión se lo llevan. Los trabajadores sólo tenían de protección un pañuelo en la cabeza”.
Mientras cada vez se hacen más visibles las grietas en las casas, mientras los chicos de Miranda emigran en busca de nuevos horizontes o por lo menos que cumplan con lo que les prometen, los entes encargados de analizar los “impactos ambientales” de la provincia solo le piden al dueño de la mina que “no desperdicie mucho material y no rompan tanto el cerro”. Increíble, pero lamentablemente cierto.
Consultada Marcela Crabbe por el dominio del terreno donde se desarrolla este emprendimiento minero, explicó que: “Aparentemente era de un señor de Miranda, nunca lo vamos a saber porque no se hacen los pasos como corresponden: Que se pague derecho de explotación, derecho de ingreso, que se haga el cateo, la exploración, el informe de impacto ambiental. Cómo no se van a dar cuenta que se está dinamitando a quinientos metros de las viviendas. Cuando hablamos del informe de impacto ambiental no es sólo la contaminación, sino las casas que se agrietan. En Miranda es un proyecto chiquito pero seguramente Minería debe recibir unos pesos, ya que ve el hueco del cerro. No hay un control porque no le interesa a la provincia hacerlo”.
Por otra parte, la asambleísta se refirió a la situación de los manifestantes que se encuentran en el corte de Alto Carrizal y dijo que: “no basta con salir en las movilizaciones, tenemos que avanzar en nuestras decisiones, el gobierno sigue actuando igual, cuando fuimos a la Cámara de Diputados nadie fue a dialogar. Fuimos a exigir que se cumpla un petitorio, tenemos que actuar más y perder el miedo, sino estamos siendo cómplices en dejarle un futuro incierto a nuestro hijos”.
“No es fácil estar en el corte, sobre todo con la envergadura que tomo, se hizo como un ejemplo, hay muchas cosas que la gente no entiende, hoy ciertas personas están siendo fuertemente criticadas, hay gente que dice que se quiere levantar el corte, no todo gira por estar en el corte, sino también en las cosas que se generan fuera del corte, por tomar decisiones. Es el momento de determinar cómo queremos vivir, tenemos angustia por las presiones a los docentes, los directores de las instituciones, los chicos que no van a los actos del gobierno les quitan los planes, no podemos dejar que esto se naturalice”, agregó finalmente Crabbe.
En Miranda, se lleva a cabo un emprendimiento cuyo dueño es oriundo de San Luis en donde los empleados son en su mayoría sanjuaninos y alguna que otra mano de obra local, los menos decimos, muchos de ellos se fueron por las pésimas condiciones de trabajo y los magros jornales.
En Miranda: más que posicionarse, a los vecinos los posicionan
En este sentido, la asambleísta Marcela Crabbe quien estuvo de “visita” en la mina de feldespato, explicó que: “encontramos una familia que sufrió por las explosiones de la mina de feldespato, rompieron el cerro. El señor que nos atendió hace un año atrás cuando fuimos por primera vez, no quiso que le sacáramos fotos a su casa, la minera lo contrató como sereno, según nos dijo esta persona era un buen ingreso y si mostraba el daño que le habían hecho las explotaciones perdía la plata. Otra familia que terminó su vivienda en noviembre ahora se da con que está toda agrietada, producto de las explosiones de 3 a 4 por día, según nos comentaron los lugareños primero sienten un temblor y luego viene la explosión, al principio cuando hacían las explosiones les decían que salgan de sus casas, ahora no les dicen nada, ellos saben que tienen que hacerlo solos”.
Como vemos, aunque sea con silencio, los habitantes de la cantera también se manifiestan en contra de la explotación de este mineral de singular valor. No sólo explotan el cerro, sino también a los trabajadores, al respecto Crabbe destacó que: “fuimos al proyecto donde se está explotando. La llaman la Quebrada de la escuela, porque hace muchos años funcionaba la escuelita vieja por ahí. Entramos al proyecto y había unas cinco personas trabajando, nos contaban que las condiciones de trabajo son lamentables, no saben bien para quien trabajaban, les prometieron 100 pesos por día, pero pasado los diez días sólo les daban 300 pesos en negro”, explica Crabbe.
En referencia a los controles en la mina por parte del gobierno o, mejor dicho, a la falta de control en este proyecto minero, la asambleísta indicó que: “el dueño de todo el cordón montañoso es de San Luis. Le preguntamos si había algún tipo de control por parte de la provincia y nos contó que minería de la provincia iba a mirar, pero después de dinamitar, los que trabajan terminan de tirar todo el material con una barreta y con un camión se lo llevan. Los trabajadores sólo tenían de protección un pañuelo en la cabeza”.
Mientras cada vez se hacen más visibles las grietas en las casas, mientras los chicos de Miranda emigran en busca de nuevos horizontes o por lo menos que cumplan con lo que les prometen, los entes encargados de analizar los “impactos ambientales” de la provincia solo le piden al dueño de la mina que “no desperdicie mucho material y no rompan tanto el cerro”. Increíble, pero lamentablemente cierto.
Consultada Marcela Crabbe por el dominio del terreno donde se desarrolla este emprendimiento minero, explicó que: “Aparentemente era de un señor de Miranda, nunca lo vamos a saber porque no se hacen los pasos como corresponden: Que se pague derecho de explotación, derecho de ingreso, que se haga el cateo, la exploración, el informe de impacto ambiental. Cómo no se van a dar cuenta que se está dinamitando a quinientos metros de las viviendas. Cuando hablamos del informe de impacto ambiental no es sólo la contaminación, sino las casas que se agrietan. En Miranda es un proyecto chiquito pero seguramente Minería debe recibir unos pesos, ya que ve el hueco del cerro. No hay un control porque no le interesa a la provincia hacerlo”.
Por otra parte, la asambleísta se refirió a la situación de los manifestantes que se encuentran en el corte de Alto Carrizal y dijo que: “no basta con salir en las movilizaciones, tenemos que avanzar en nuestras decisiones, el gobierno sigue actuando igual, cuando fuimos a la Cámara de Diputados nadie fue a dialogar. Fuimos a exigir que se cumpla un petitorio, tenemos que actuar más y perder el miedo, sino estamos siendo cómplices en dejarle un futuro incierto a nuestro hijos”.
“No es fácil estar en el corte, sobre todo con la envergadura que tomo, se hizo como un ejemplo, hay muchas cosas que la gente no entiende, hoy ciertas personas están siendo fuertemente criticadas, hay gente que dice que se quiere levantar el corte, no todo gira por estar en el corte, sino también en las cosas que se generan fuera del corte, por tomar decisiones. Es el momento de determinar cómo queremos vivir, tenemos angustia por las presiones a los docentes, los directores de las instituciones, los chicos que no van a los actos del gobierno les quitan los planes, no podemos dejar que esto se naturalice”, agregó finalmente Crabbe.
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